Tlapacoyan, Ver.- La Administración 2018-2021 que preside la alcaldesa Ofelia Jarillo Gasca en compañía de ediles e invitados especiales presenciaron el magno desfile de gala para conmemorar el 154 Aniversario de Gesta Heroica Defensa de Tlapacoyan (1865-2019).
En esta fiesta local participaron contingentes del 87 Batallón de Infantería de la ciudad de Martínez de la Torre, 4 motos, estandarte, escolta, 20 elementos a pie, 2 patrullas con 4 efectivos, además de 5177 alumnos y personal docente de las escuelas del municipio en sus diferentes niveles educativos.
La alcaldesa Ofelia Jarillo Gasca Presidenta Municipal presencio el desfile de gala y estuvo acompañado de José Silvestre Urzúa Padilla Coronel de Infantería Diplomado Estado Mayor del 87 Batallón de Infantería de Martínez de la Torre.
El Licenciado Juan Carlos Rivas Cabrera Delegado de la Política Regional zona Martínez de la Torre, representante del Ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, Gobernador del Estado de Veracruz. Licenciada Aurora Arlette Aramburo Jarillo Presidenta del DIF Municipal, los regidores Edgar Juárez Animas, Manuel Zamora Tenchipe, Zoila Aguilar Aguilar, Elena Tirado Rodríguez, además del Licenciado Roberto Hernández Jiménez Secretario del H. Ayuntamiento.
Es importante mencionar que previo al desfile se llevo a cabo un acto cívico -militar en la plaza Texcal donde se hizo el deposito de una ofrenda Floral con los honores correspondientes en el monumento del General Manuel Alberto Ferrer y Corso.
Aunque el ejército imperialista tenía sitiada la población desde hacía varios días y contaba con fuerzas de las tres armas que sumaban más de 2,500 soldados entre austriacos y simpatizantes de la causa del emperador, esa madrugada recibió de Teziutlán un refuerzo de 500 infantes, por lo que contaron con 3,000 soldados contra sólo 500 republicanos, lo que los indujo a pensar que era el momento de asaltar la plaza, pues no sería fácil que se presentara una mejor oportunidad. Así que una columna situó su artillería en las partes más altas e inició el fuego a las 6 de la mañana sobre la trinchera de Texcal, y otra sobre la de Itzapa, mientras dos más hacían lo propio sobre las de El Zapote y El Conejo.
Las trincheras fueron reforzadas con los voluntarios de Tlapacoyan, quedando los defensores distribuidos como sigue: —La trinchera de Itzapa, con 60 hombres, estuvo a cargo del capitán Bernabé Valdez y 20 voluntarios de Tlapacoyan. —La trinchera de El Peñascal, con 20 voluntarios y 50 hombres de la fuerza regular, a cargo del capitán Pascual Arriaga.
—En la trinchera de Texcal, el coronel Manuel Alberto Ferrer, y el comandante Cenobio Rojano, con 80 hombres de la fuerza regular y 40 voluntarios, con 2 obuses que estaban asistidos por el comandante Vicente Acuña, el capitán López Limón y los subtenientes Rodríguez, y Jiménez.—La trinchera de El Arenal, a cargo del comandante Antonio Amaro, con 100 hombres y 30 voluntarios.
—La trinchera de Salto del Conejo, a cargo del coronel Manuel Andrade y del subteniente Antonio Oltela, con 30 voluntarios, 30 Regulares y el resto de la fuerza.
—La trinchera de El Zapote, a cargo del capitán Juan Mejía, con 50 hombres y 20 voluntarios. —La trinchera de La Horqueta, (donde aún hoy existe una ermita), a cargo del general Ignacio R. Alatorre, con 130 hombres, y que era donde tenía establecido su puesto de mando, con el resto de la gente.
El enemigo cargó simultáneamente y con gran vigor contra todos los puestos, obligando a ceder ante su acometida primero a la trinchera del Peñascal, donde el enemigo se parapetó y emplazó la artillería para bombardear el puesto de Texcal, haciendo lo mismo después sobre la trinchera de Itzapa, mientras los soldados que habían descendido por Gentiles, arreciaban su ataque sobre los puestos de El Arenal y de El Zapote.
Como es sabido, la artillería obliga a replegarse y al suspender el bombardeo, la infantería va tomando los sitios que fueron desalojados, así, ocho piezas de artillería inician esa mañana su ataque sobre Texcal, con tan mala suerte, para las armas republicanas, que uno de sus dos obuses quedó destruido. El coronel Ferrer, junto con los hombres que estaban en la trinchera de Texcal soportaban el bombardeo que recibían de los austriacos, pero al caer la trinchera de El Peñascal, arreció y con más precisión el cañoneo a la trinchera de Texcal y de esta manera les fueron derribando las improvisadas barricadas que habían construido con trozos de madera y peñascos, por lo que envió a Rafael Ortiz como correo al puesto de mando de Alatorre, pidiéndole auxilio. Alatorre, al comprender que la batalla estaba perdida se había puesto en marcha hacia El Jobo, cuando fue interceptado por Rafael Ortiz, y envió al coronel Ferrer esta respuesta:
"dígale a Ferrer que se defienda como pueda, y que si muere en esta lucha, yo me encargaré de decirle al mundo que murió como un héroe”.
Ortiz ya no pudo regresar a dar tan angustiosa noticia, porque para entonces los parapetos de El Arenal y El Zapote habían caído y Ferrer era atacado por los cuatro costados, estaba casi al descubierto, porque la artillería enemiga emplazada en El Peñascal y la del camino de Teziutlán les habían derribado toda la defensa con que contaban.
Según el informe rendido mucho tiempo después por Alatorre, el saldo de supervivientes en la trinchera de Texcal fue el siguiente: de los 120 hombres de la Guardia Nacional y voluntarios de Tlapacoyan que defendían la trinchera de Texcal sólo quedaron con vida once personas: el Comandante Vicente Acuña, con un brazo despedazado por la metralla; el Capitán López Limón, el subteniente Rodríguez y ocho elementos más. A este Hecho se le conoce como Batalla de Texcal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario